Todos nos hemos encontrado alguna vez con la desagradable presencia de cucarachas u hormigas en la cocina y rápidamente tomamos una medida. Llamamos al fumigador (Operador de control de plagas) de nuestro consorcio, o compramos un insecticida en aerosol en el supermercado. Los resultados en general son buenos y solucionamos el problema.
A veces los insectos se siguen viendo y cuando nos tomamos el trabajo de mirarlos mejor nos damos cuenta de que son … gorgojos.
También nos sorprenden un domingo a la noche cuando abrimos el último paquete de fideos y nos hacen salir a comprar la pasta de urgencia con el agua hirviendo esperando.
Entonces en ese caso les volvemos a aplicar aerosoles y no desaparecen.
¿Qué hacer?
Lo mejor es llamar a la empresa de control de plagas y describirle la situación.
Una empresa que cuente con profesionales idóneos lo primero que le pedirá es una muestra de los insectos. Se deben capturar varios ejemplares, tener cuidado para que no se rompan y encerrarlos en un pequeño envase de vidrio o de plástico. Estos insectos serán analizados con una lupa de alto aumento y se podrá así identificar la especie.
La empresa podrá darle así al consorcista un resultado: Escarabajo del pan, Taladrillo o barrenador menor de los granos, Gorgojo del arroz, Escarabajo araña, Escarabajo de las despensas, Escarabajo grande de la harina, Gorgojo de los granos, Escarabajo confuso de la harina etc. etc. a esto seguirá un nombre raro y elegante tal como “Stegobium paniceum” y le recomendará fumigar para solucionar el problema.
En realidad antes de fumigar o aplicar insecticidas dentro de nuestros muebles de cocina lo que deberíamos hacer está al alcance de nuestra mano y estaríamos ahorrando tiempo, dinero y además evitamos la aplicación de un producto químico junto a nuestros alimentos.
a) Revisar uno por uno los envases de fideos, arroz, harina, sémola, polenta, etc. etc. e identificar el comestible que ha originado a la población de gorgojos y verificar si hay otros que han sido contaminados.
b) Colocarlos en una bolsa de polietileno, hacerle un nudo bien seguro y tirarlos al cesto de los residuos.
c) Vaciar las alacenas y limpiar a fondo los estantes, bisagras, y paredes de los muebles.
d) Utilizar una aspiradora para poder succionar hasta el último de estos desagradables artrópodos.
Como medida preventiva recomendamos no comprar grandes cantidades de alimentos en dietéticas mas allá de lo que vayamos a consumir dentro de los 10 a 15 días ya que ellos son en general portadores inofensivos de huevos. Los fideos, arroz, legumbres, polenta etc. que ya vienen envasados deben ser consumidos respetando la fecha de vencimiento y una vez abierto conviene almacenarlos en envases de plástico o vidrio con tapa hermética para que en caso de ser portadores de insectos, estos queden encerrados y no se desparramen por todos lados.
Por último vale destacar que en otras culturas estos gorgojos no son separados del alimento en cuestión y son consumidos formando parte de la cuota de proteína animal que hace falta para la dieta vegetariana o lacto-vegetariana. No sólo no producen daño sino que además son imprescindibles.
Vivimos en Occidente, en la Argentina y por ahora mientras podamos sigamos comiendo comida sin bichitos.
Por ser especialista en el Control de Plagas mientras escribo esta nota pienso que tal vez pueda perder algún trabajo, pero por otro lado la información brindada correctamente siempre a la larga nos ha originado más trabajo en otras áreas.
Lic. Héctor Alberto Briatore
Director Técnico de Calden Desinfecciones
